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Tú no eres especial

Tú no eres especial es una miniserie de corte adolescente creada y escrita por Estíbaliz Burgaleta (coordinadora de guion de Skam España) y dirigida por Inma Torrente y Laura Campos (Valeria). La ficción cuenta a lo largo de seis episodios rodados íntegramente en la Comunidad Foral de Navarra la historia de Amaia, que de la noche a la mañana tiene que decir adiós a su vida cosmopolita en Barcelona para ir al pueblo de su madre (Salabarria, nombre ficticio), donde aparentemente va a llevar una vida anodina… hasta que descubre el pasado de su abuela; según la leyenda, la única bruja que ha existido en el pueblo.

Navarra de norte a sur, en cinco días

Desde el Valle del Baztán hasta el desierto de las Bardenas Reales, proponemos un viaje lleno de contrastes por una de las rutas más bellas y variadas de Europa.

Por: Luis Meyer

La Comunidad de Navarra tiene muchas características que la convierten en una región única en Europa, pero una de las más llamativas es su abrumadora diversidad: desde el verde selvático del Pirineo hasta la aridez ocre y marciana de Las Bardenas Reales, recorrerla de norte a sur es un viaje plagado de contrastados estímulos que atacan a todos los sentidos. 

Y esa es precisamente la ruta que proponemos: partimos del valle del Baztán y culminamos en Tudela, cinco días en los que realizaremos una media de unas dos horas y media al volante para dedicar el resto de cada jornada a embriagarnos con sus paisajes, sus pueblos de cuento y su deliciosa gastronomía. 

Día 1: del Valle del Baztán a la Selva de Irati

Da igual hacia dónde mires: allá donde alcanza la vista, el valle pirenaico del Baztán está siempre alfombrado de prados verdes (en cualquier época del año) y ribeteado de majestuosos caseríos de piedra blanca y madera. No hace falta ser un consumado alpinista para recorrer sus infinitos senderos: a pesar de su apariencia agreste y accidentada, cualquiera puede internarse en sus bosques y disfrutar de su frondosidad silenciosa. Entre todas las opciones, recomendamos acercarse a la cascada del Xorroxin, cerca del pueblo de Erratzu, a la que se llega tras un agradable paseo entre hayas y castaños.

Esta zona también brinda cautivadores paisajes urbanos, como el de Elizondo, la localidad principal de la región, y sus palacetes y casas señoriales de quienes regresaron de América hace siglos cargados de riquezas. Otro pueblo, Ziga, brinda una postal más humilde y bucólica con sus casas de piedra y sus calles intrincadas. Y en la cercana localidad de Amaiur espera el Palacio Arretxea, una imponente casona de arquitectura ecléctica. 

El valle del Baztán sorprende también en el subsuelo: las cuevas de Zugarramurdi (un pasaje de 120 metros de largo y hasta 12 de alto) son famosas por sus leyendas medievales de brujería y aquelarres, y a solo ocho kilómetros están las de Urdazubi-Urdax, con un impresionante despliegue de estalactitas y estalagmitas.

El plato fuerte de esta primera etapa lo hemos dejado para el final: la Selva de Irati es el nombre que recibe este camaleónico hayedo (uno de los más grandes de Europa) que cambia de tonalidad cada estación. La mejor época para visitarlo es otoño: en pocos lugares del mundo los naranjas son tan intensos. 

Día 2: de la Sierra de Aralar al nacimiento del Urederra

Partimos hacia el oeste, donde Navarra acaricia a Guipúzcoa a través de la Sierra de Aralar, un pasaje boscoso y elevado en el que conviene detenerse en todos y cada uno de sus miradores a contemplar sus amplísimos paisajes. También es aconsejable parar en alguna quesería: esta zona es conocida por su intenso pastoreo, y de aquí es el conocido queso de Idiazábal. 

A pocos minutos en coche hay otras dos visitas ineludibles. Por un lado, la Cueva de Mendukilo (aquí se rodaron escenas de la serie Tu no eres especial), que fue utilizada como establo de montaña durante siglos, y recientemente se ha reacondicionado para recibir visitantes: gracias a una pasarela flotante puede recorrerse con facilidad bajo sus infinitas estalactitas, hasta llegar a la Morada del Dragón, una descomunal sala con más de 25 metros de altura. Y a un cuarto de hora de allí espera Lekunberri, un precioso pueblo en el que destacan los majestuosos caserones del casco antiguo, algunos de los cuales datan del siglo XII y aún siguen en pie. Larraún (en el corazón del valle del mismo nombre) y Leitza (con sus intrincadas callejas entre típicos caseríos) son otros dos pueblecitos con encanto de la zona.  

Continuamos por el valle de Ultzama, donde el paisaje se suaviza a través de sus sutiles colinas y los pintorescos pueblecitos que las jalonan, y volvemos a ascender a los cielos por la Sierra de Urbasa, en ocasiones por encima de las nubes (habituales en esta zona), en dirección al nacimiento del río Urederra. No es casualidad que su nombre en euskera signifique «agua bella»: las suyas y las de sus pozas tienen un color turquesa que poco tiene que envidiar al Mediterráneo. 

Día 3: de Estella – Lizarra a Olite

Enfilamos hacia el Este, a la hermosa localidad de Estella-Lizarra, románica y jacobea, con imponentes iglesias como la de San Pedro de Rúa o San Miguel, palacios como el de los Reyes de Navarra, del siglo XII, puentes y calles empedradas que te trasladan a épocas pretéritas. Tiene mucha vida sobre sus adoquines y una rica gastronomía basada en la caza: recomendamos su famoso ‘gorrín’ al horno de leña. 

La siguiente parada es Viana, una pequeña ciudad con numerosas casas solariegas, palacios e iglesias testigos de su esplendor que vivió entre los siglos XVI y XVIII. La iglesia gótica de Santa María es una parada ineludible, a cuyos pies descansan los restos del príncipe César Borgia.

Finalizamos esta etapa en Olite, una bonita villa que abraza el castillo del mismo nombre, donde nos damos un atracón de gótico con sus torres almenadas y sus bellos patios. Si queremos solazarnos el paladar, no debemos dejar de probar sus vinos y moscateles: no olvidemos que estamos en una de las zonas más bodegueras de España. 

Día 4: de Leyre a Sangüesa

La cripta del siglo XI, la bóveda gótica y la famosa Porta Speciosa (puerta preciosa) conforman la arquitectura del Monasterio de Leyre, que no solo deleita la vista: si te detienes y hay silencio a tu alrededor, escucharás los cantos gregorianos de sus benedictinos. 

Seguimos hasta Sangüesa, una pequeña ciudad monumental en la que destaca la iglesia de Santa María la Real y su imponente portada, obra cumbre del románico y Monumento Nacional desde el siglo XIX. El palacio barroco de Vallesantoro y su impresionante alero de madera es otra visita obligada. 

Día 5: de las Bardenas Reales a Tudela

Este desierto con estatuas naturales de formas imposibles que parecen esculpidas por una mano invisible presenta uno de los paisajes más singulares del planeta, y no extraña que aquí se hayan rodado decenas de películas. Su paisaje erosionado y solitario transmite una sensación de sosiego indescriptible… siempre que no te cruces con un equipo de rodaje, claro está.  

Llegamos a la cercana Tudela, una de las ciudades de  origen islámico más importantes de nuestro país. El mejor plan es pasear por sus calles medievales y culminar en su bellísima Plaza de los Fueros, y sentarse en una de sus numerosas terrazas a tomar un aperitivo y recordar un viaje lleno de contrastes, imágenes, sabores y sonidos imborrables.

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