Galicia, lo que esconde el fin del mundo
En El desorden que dejas, los frondosos acantilados de la Ribeira Sacra o los mágicos bosques que rodean las termas de Bande se convierten en los mejores cómplices para ocultar la crudeza de un misterio del que nadie quiere hablar.
Por: Ignacio Hernández y Borja Rebull
Una muerte fortuita en un pueblo en el que nunca pasa nada podría no significar gran cosa, a no ser que hablemos de Galicia. El escenario de El desorden que dejas recorre desde acantilados escarpados ocultos por la niebla a termas humeantes perdidas entre la vegetación. Producido por Vaca Films, este thriller de ocho episodios está ambientado en la localidad ficticia de Novariz. Un lugar inventado por Carlos Montero, autor de la serie y de la novela en la que está basada (ganadora del premio Primavera), a imagen y semejanza de municipios gallegos como Celanova, Allariz o Ribadavia, su paisaje natal.
La naturaleza salvaje de esta tierra, donde acababa el mundo para los romanos, se mezcla con monumentos milenarios y poblados ancestrales. Un mundo mágico de superstición donde, bajo la capa de misterio, se esconde una cultura vibrante que nace de bosques frondosos, ciudades llenas de historia, playas paradisíacas y una gastronomía única.